domingo, 3 de julio de 2016

PARA QUE PRACTIQUEMOS CON NUESTROS COMPAÑERITOS




¡Trabamos con nuestro compañero de banco!


Chicos, a continuación leeremos otra historia de animales, como ya hemos leído en este blog.
En este caso, los personajes de esta historia son una liebre y una tortuga. Y con esta historia podemos practicar cómo interpretar una obra de teatro, ¿Se acuerdan de los consejitos de los que hemos hablado que hay que tener en cuenta? ¡vamos a ponerlos en práctica!

La Liebre y la Tortuga

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, que ante todos decía que era el  más veloz de todos los animales. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga.
LIEBRE (Con voz burlona).-¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan rápido, no esfuerces tus patitas! ¡Jajaja!
TORTUGA (Un poco triste y cansada de las burlas de todos los días).­- No sé por qué siempre te burlás de mis patas cortas, a mí me son muy útiles y me gustan mucho.
Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.
TORTUGA (Le dice a la liebre).-¡Estoy segura de poder ganarte una carrera, segurísima!
LIEBRE (Asombrada).-¿A mí me vas a ganar, con lo lenta que sos? Jajaja.
TORTUGA.-¡Claro que sí!, a vos. Hagamos una apuesta y veamos quién gana la carrera.
LIEBRE (Riéndose).-¡Seguro que acepto, esto es para mí pan comido! ¡Te apuesto una gran torta de chocolate hecha por tu mamá!
TORTUGA.-¡Dale! Y si yo gano será una torta de frutillas para mí, hecha por tu mamá.
Las dos estuvieron de acuerdo y comenzaron la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando.


LIEBRE (Pensando en voz alta).-¡Qué fácil que es ganarle a tan lerdo animal!
Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo, entonces aprovechó y se detuvo al lado del camino a descansar. Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.



Aquel día fue muy triste para la liebre, además ¡se quedó sin comer torta de chocolate! y aprendió una lección que no olvidaría jamás: No hay que burlarse nunca de los demás. Con constancia y paciencia podemos lograr todo lo que nos propongamos, al igual que lo hizo la tortuga, ¡que ese día ganó una rica torta de frutillas!
¿Cómo les fue en la práctica con sus compañeros?
¿Cómo se sintieron? ¿Les gustaría probar con otras 
obras? En el caso de que quieran hacer otras obras
¿cuáles serían?

2 comentarios:

  1. Querida colega! Nos encantó la propuesta, es ideal para trabajar en primer ciclo dado que los niños se encuentran atravesando una etapa en la que la creatividad y la imaginación son protagonistas.
    Resulta placentero observar las adaptaciones realizadas a la fábula teniendo en cuenta los intereses, como así también, la edad de los niños. Además, la propuesta permite acercar a los niños a otras expresiones o manifestaciones culturales de manera progresiva, placentera, y por supuesto, sumamente divertida. Vicky y Alda.

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    1. Estimadas Vicki y Alda, me alegra que les haya gustado la propuesta, puesto que como bien expresaron con su comentario, trato en este espacio de ofrecerles recursos a los niños (y docentes que quieran emplearlos en su clase) que se adapten a los intereses de los estudiantes, sin alejarse del propósito pedagógico, de promover interés y gusto por la literatura.
      Muchas gracias por su opinión ya que es un gran aporte para el desarrollo de este blog.
      Cariños, Camila.

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