¡Trabamos con nuestro compañero de banco!
Chicos, a continuación leeremos otra historia de animales, como ya hemos leído en este blog.
En este caso, los personajes de esta historia son una liebre y una tortuga. Y con esta historia podemos practicar cómo interpretar una obra de teatro, ¿Se acuerdan de los consejitos de los que hemos hablado que hay que tener en cuenta? ¡vamos a ponerlos en práctica!
La Liebre y la Tortuga
En el mundo de los animales vivía una liebre muy
orgullosa, que ante todos decía que era el más veloz de todos los animales. Por eso,
constantemente se reía de la lenta tortuga.
LIEBRE (Con voz burlona).-¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no
corras tanto que te vas a cansar de ir tan rápido, no esfuerces tus patitas!
¡Jajaja!
TORTUGA (Un poco triste y cansada de las burlas de todos los
días).- No sé por qué siempre te burlás de mis patas cortas, a mí me son muy
útiles y me gustan mucho.
Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le
ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.
TORTUGA (Le dice a la liebre).-¡Estoy segura de poder ganarte
una carrera, segurísima!
LIEBRE (Asombrada).-¿A mí me vas a ganar, con lo lenta que sos?
Jajaja.
TORTUGA.-¡Claro que sí!, a vos. Hagamos una apuesta y veamos
quién gana la carrera.
LIEBRE (Riéndose).-¡Seguro que acepto, esto es para mí pan
comido! ¡Te apuesto una gran torta de chocolate hecha por tu mamá!
TORTUGA.-¡Dale! Y si yo gano será una torta de frutillas para
mí, hecha por tu mamá.
Las dos estuvieron de acuerdo y comenzaron la carrera. Se
señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Confiada en su ligereza, la
liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando.
LIEBRE (Pensando en voz alta).-¡Qué fácil que es ganarle a tan
lerdo animal!
Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento
mientras la tortuga iba despacio, pero, sin parar. Enseguida, la liebre se
adelantó muchísimo, entonces aprovechó y se detuvo al lado del camino a
descansar. Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse
de ella una vez más. Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol
y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como
pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se
despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga
había ganado la carrera.
Aquel día fue muy triste para la liebre, además ¡se quedó
sin comer torta de chocolate! y aprendió una lección que no olvidaría jamás: No hay que burlarse nunca de los demás. Con constancia y paciencia
podemos lograr todo lo que nos propongamos, al igual que lo hizo la tortuga,
¡que ese día ganó una rica torta de frutillas!
¿Cómo les fue en la práctica con sus compañeros?
¿Cómo se sintieron? ¿Les gustaría probar con otras
obras? En el caso de que quieran hacer otras obras
¿cuáles serían?
Querida colega! Nos encantó la propuesta, es ideal para trabajar en primer ciclo dado que los niños se encuentran atravesando una etapa en la que la creatividad y la imaginación son protagonistas.
ResponderBorrarResulta placentero observar las adaptaciones realizadas a la fábula teniendo en cuenta los intereses, como así también, la edad de los niños. Además, la propuesta permite acercar a los niños a otras expresiones o manifestaciones culturales de manera progresiva, placentera, y por supuesto, sumamente divertida. Vicky y Alda.
Estimadas Vicki y Alda, me alegra que les haya gustado la propuesta, puesto que como bien expresaron con su comentario, trato en este espacio de ofrecerles recursos a los niños (y docentes que quieran emplearlos en su clase) que se adapten a los intereses de los estudiantes, sin alejarse del propósito pedagógico, de promover interés y gusto por la literatura.
BorrarMuchas gracias por su opinión ya que es un gran aporte para el desarrollo de este blog.
Cariños, Camila.