lunes, 4 de julio de 2016

PARA QUE PENSEMOS JUNTOS


Cuando hay uso excesivo de Internet  ¿Corremos riesgo de perder nuestros vínculos fuera de ella?



La mayoría de las personas hoy sabemos la importancia y utilidad que tiene internet, tanto para comunicarse, entretenerse, aprender cosas nuevas, "subir a la red" diferentes trabajos realizados por nosotros mismos, etc. Pero ¿qué pasa si el "uso" de esta valiosa herramienta llamada internet, se convierte en "abuso"?,uno de los síntomas de el abuso de internet y que afecta a "quien padece" este problema es:

· Descuida la vida de relación, especialmente con los amigos, la familia, el estudio o el trabajo, y destina todas las horas de ocio a navegar por la red.

Estos síntomas podemos notarlos cuando, por ejemplo:
  • Preferimos estar conectados en Facebook que salir a jugar o juntarnos con nuestros amigos.
  • Nos comunicamos más por What´s App




Pensemos entre todos:

¿Alguna vez sintieron que necesitaban estar conectados a internet, sin que les haya importado dejar de lado cosas que les gusta o que son importantes que hagan?

¿Qué cosas además de los ejemplos mencionados creen ustedes que pueden estar en "peligro" para una persona que no controla el uso que hace de internet?

¿Cuál les parece que podría ser la solución?¿Nosotros podemos ayudar en algo a alguien que tiene este problema?

¿Creen que van a pensar un poco más, después de pensar entre todos, cuánto tiempo y cada cuánto se conectan a internet?









domingo, 3 de julio de 2016

HOY CONOCEMOS A UN CHICO MUY VALIENTE


¿Leemos un cuento?

¿Qué les parece si leemos esta adaptación de un cuento clásico escrito por los Hermanos Grimm?
Es la historia de Juan, un muchacho que no sabía lo que era el miedo, ¿Se imaginan lo que sería no tenerle miedo a nada? A ver qué dice la historia de Juan sin Miedo...



Adaptación del cuento de los Hermanos Grimm

Érase una vez un hombre que tenía dos hijos totalmente distintos. Pedro, el mayor, era un chico listo y responsable, pero muy miedoso. En cambio su hermano pequeño, Juan, jamás tenía miedo a nada, así que en la comarca todos le llamaba Juan sin miedo
Un día le dijo a su familia que se iba una temporada para ver si conseguía descubrir lo que era el miedo. Sus padres intentaron impedírselo, pero fue imposible. Juan era muy cabezota y  estaba decidido a lanzarse a la aventura.
Metió algunos alimentos y algo de ropa en una mochila y echó a andar. Durante días recorrió diferentes lugares, comió lo que pudo y durmió a la intemperie, pero no hubo nada que le produjera miedo.
Una mañana llegó a la capital del reino y vagó por sus calles hasta llegar a la plaza principal, donde colgaba un enorme cartel firmado por el rey que decía:
“Se hace saber que al valiente caballero que sea capaz de pasar tres días y tres noches en el castillo encantado, se le concederá la mano de mi hija, la princesa Esmeralda”
Juan sin miedo pensó que era una oportunidad ideal para él. Sin pensárselo dos veces, se fue al palacio real y pidió ser recibido por el mismísimo rey en persona.  Cuando estuvo frente a él, le dijo:
– Señor, si a usted le parece bien, yo estoy decidido a pasar tres días en ese castillo. No le tengo miedo a nada.
– Sin duda eres valiente, jovenzuelo. Pero te advierto que muchos lo han intentado y hasta ahora, ninguno lo ha conseguido – exclamó el monarca.
– ¡Yo pasaré la prueba! – dijo Juan sin miedo sonriendo.
Juan sin miedo, escoltado por los soldados del rey, se dirigió al tenebroso castillo que estaba en lo alto de una montaña escarpada. Hacía años que nadie lo habitaba y su aspecto era realmente lúgubre.
Cuando entró, todo estaba sucio y oscuro. Pasó a una de las habitaciones y con unos tablones que había por allí, encendió una hoguera para calentarse. Enseguida, se quedó dormido.
Al cabo de un rato, le despertó el sonido de unas cadenas ¡En el castillo había un fantasma!
– ¡Buhhhh, Buhhhh! – escuchó Juan sobre su cabeza – ¡Buhhhh!
– ¿Cómo te atreves a despertarme?- gritó Juan enfrentándose a él. Tomó unas tijeras y comenzó a rasgar la sábana del espectro, que huyó por el interior de la chimenea hasta desaparecer en la oscuridad de la noche.

Al día siguiente, el rey se pasó por el castillo para comprobar que Juan sin miedo estaba bien. Para su sorpresa, había superado la primera noche encerrado y estaba decidido a quedarse y afrontar el segundo día. Tras unas horas recorriendo el castillo, llegó la oscuridad y  por fin, la  hora de dormir. Como el día anterior, Juan sin miedo encendió una hoguera para estar calentito y en unos segundos comenzó a roncar.
De repente, un extraño silbido como de lechuza le despertó. Abrió los ojos y vio una bruja vieja y fea que daba vueltas y vueltas a toda velocidad subida a una escoba. Lejos de acobardarse, Juan sin miedo se enfrentó a ella.
– ¿Qué pretendes, bruja? ¿Acaso quieres echarme de aquí? ¡Pues no lo conseguirás! – bramó. Dio un salto, agarró el palo de la escoba y empezó a sacudirlo con tanta fuerza que la bruja salió disparada por la ventana.
Cuando amaneció, el rey pasó por allí de nuevo para comprobar que todo estaba en orden. Se encontró a Juan sin miedo tomado un cuenco de leche y un pedazo de pan duro relajadamente frente a la ventana.
– Eres un joven valiente y decidido. Hoy será la tercera noche. Ya veremos si eres capaz de aguantarla.
– Descuide, majestad ¡Ya sabe usted que yo no le temo a nada!
Tras otro día en el castillo bastante aburrido para Juan sin miedo, llegó la noche. Hizo como de costumbre una hoguera para calentarse y se tumbó a descansar. No había pasado demasiado tiempo cuando una ráfaga de aire caliente le despertó. Abrió los ojos y frente a él vio un temible dragón que lanzaba llamaradas por su enorme boca. Juan sin miedo se levantó y le lanzó una silla a la cabeza. El dragón aulló de forma lastimera y salió corriendo por donde había venido.
– ¡Qué pesadas estas criaturas de la noche! – pensó Juan sin miedo- No me dejan dormir en paz, con lo cansado que estoy.
Pasados los tres días con sus tres noches, el rey fue a comprobar que Juan seguía sano y salvo en el castillo. Cuando le vio tan tranquilo y sin un solo rasguño, le invitó a su palacio y le presentó a su preciosa hija. Esmeralda, cuando le vio, alabó su valentía y aceptó casarse con él. Juan se sintió feliz, aunque en el fondo, estaba un poco decepcionado.
– Majestad, le agradezco la oportunidad que me ha dado y sé que seré muy feliz con su hija, pero no he conseguido sentir ni pizca de miedo.
Una semana después, Juan y Esmeralda se casaron. La princesa sabía que su marido seguía con  el anhelo de llegar a sentir miedo, así que una mañana, mientras dormía, derramó una jarra de agua helada sobre su cabeza. Juan pegó un alarido y se llevó un enorme susto.
– ¡Por fin conoces el miedo, querido! – dijo ella riendo a carcajadas.
– Si – dijo todavía temblando el pobre Juan- ¡Me he asustado de verdad! ¡Al fin he sentido el miedo! ¡Ja ja ja! Pero no digas nada a nadie…. ¡Será nuestro secreto!
La princesa Esmeralda jamás lo contó, así que el valeroso muchacho siguió siendo conocido en todo el reino como Juan sin miedo.
¿Qué les pareció la historia?¿ustedes se hubieran animado a dormir en el castillo embrujado tres noches seguidas?...no sé uds, pero estoy segura que ¡yo no!

PARA QUE PRACTIQUEMOS CON NUESTROS COMPAÑERITOS




¡Trabamos con nuestro compañero de banco!


Chicos, a continuación leeremos otra historia de animales, como ya hemos leído en este blog.
En este caso, los personajes de esta historia son una liebre y una tortuga. Y con esta historia podemos practicar cómo interpretar una obra de teatro, ¿Se acuerdan de los consejitos de los que hemos hablado que hay que tener en cuenta? ¡vamos a ponerlos en práctica!

La Liebre y la Tortuga

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, que ante todos decía que era el  más veloz de todos los animales. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga.
LIEBRE (Con voz burlona).-¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan rápido, no esfuerces tus patitas! ¡Jajaja!
TORTUGA (Un poco triste y cansada de las burlas de todos los días).­- No sé por qué siempre te burlás de mis patas cortas, a mí me son muy útiles y me gustan mucho.
Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.
TORTUGA (Le dice a la liebre).-¡Estoy segura de poder ganarte una carrera, segurísima!
LIEBRE (Asombrada).-¿A mí me vas a ganar, con lo lenta que sos? Jajaja.
TORTUGA.-¡Claro que sí!, a vos. Hagamos una apuesta y veamos quién gana la carrera.
LIEBRE (Riéndose).-¡Seguro que acepto, esto es para mí pan comido! ¡Te apuesto una gran torta de chocolate hecha por tu mamá!
TORTUGA.-¡Dale! Y si yo gano será una torta de frutillas para mí, hecha por tu mamá.
Las dos estuvieron de acuerdo y comenzaron la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando.


LIEBRE (Pensando en voz alta).-¡Qué fácil que es ganarle a tan lerdo animal!
Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo, entonces aprovechó y se detuvo al lado del camino a descansar. Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.



Aquel día fue muy triste para la liebre, además ¡se quedó sin comer torta de chocolate! y aprendió una lección que no olvidaría jamás: No hay que burlarse nunca de los demás. Con constancia y paciencia podemos lograr todo lo que nos propongamos, al igual que lo hizo la tortuga, ¡que ese día ganó una rica torta de frutillas!
¿Cómo les fue en la práctica con sus compañeros?
¿Cómo se sintieron? ¿Les gustaría probar con otras 
obras? En el caso de que quieran hacer otras obras
¿cuáles serían?

¡LOS CHICOS TAMBIÉN ACTÚAN!


Teatro en la Escuela

Vamos a ver un video de una obra de teatro hecha en una escuela ¡por chicos como ustedes!... Lo lindo de que lo miremos es que puede darnos muchas ideas  para que nos animemos a ¡¡preparar nuestra propia puesta en escena!! ¿La miramos?...






Como habrán notado, no fueron necesarias muchas más cosas que un espacio donde actuar, algunos muebles y elementos que estaban a disposición de los chicos que actuaron. ¡lo más importante es tener ganas de hacerlo!

¿Qués les pareció la historia? ¿Se imaginan uds creando historias en el cole?

¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?



CONSEJITOS PARA INTERPRETAR UNA OBRA 


¿Alguna vez fueron a ver alguna obra teatral, con la familia, o con el cole? Es una hermosa experiencia ver cómo los actores "se transforman" en los personajes de la obra... Bueno ahora vamos a ver algunas cosas que debemos tener en cuenta para ¡poder ser NOSOTROS quienes interpretemos una obra teatral!




  • Nos tomamos unos minutos para leer primero solitos y practicar.   
  • Nos relajamos, es lo mejor para que disfrutemos la historia que leemos.
  •   Una vez que empecemos a interpretar leemos fuerte y claro, para que todos nos escuchen.
  •  Cuando leemos en voz alta, NO LEEMOS las aclaraciones que están entre paréntesis, ellas sólo nos sirven para entender los sentimientos de los personajes.
  • Tratamos de  expresar con nuestra voz las emociones de los personajes que están en las aclaraciones entre paréntesis.


    ¡Nos divertimos mucho e imaginamos que somos los personajes que nos tocan interpretar!

j   ¿Y... qué esperan para poner manos a la obra?





HISTORIAS QUE NOS ENSEÑAN


HISTORIAS CON ANIMALES


Hoy vamos a leer una historias de animales que tienen un mensaje para nosotros, ¡Sí! estos animalitos nos van a enseñar algo que puede sernos útil y nos puede hacer reflexionar... ¿Qué tal si empezamos a leer?

La fábula del León y el Ratón: 


Después de un largo día de caza, un león se echó a descansar debajo de un árbol. Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se atrevieron a jugar a su alrededor. De pronto, el más travieso tuvo la ocurrencia de esconderse entre la melena del león, ¡con tan mala suerte que lo despertó!. Muy malhumorado por ver su siesta interrumpida, el león atrapó al ratón entre sus garras y dijo dando un rugido:
-¿Cómo te atreves a perturbar mi sueño, insignificante ratón? ¡Voy a comerte para que aprendas la lección!-
El ratón, que estaba tan asustado que no podía moverse, le dijo temblando:




- Por favor no me mates, león. Yo no quería molestarte. Si me dejas te estaré eternamente agradecido. Déjame marchar, porque puede que algún día me necesites –
- ¡Ja, ja, ja! – se rió el león mirándole - Un ser tan diminuto como vos, ¿de qué forma va a ayudarme? ¡No me hagas reír!.
Pero el ratón insistió una y otra vez, hasta que el león, conmovido por su tamaño y su valentía, lo dejó marchar.

Unos días después, mientras el ratón paseaba por el bosque, oyó unos terribles rugidos que hacían temblar las hojas de los árboles.  
Rápidamente corrió hacia lugar de donde provenía el sonido, y se encontró allí al león, que había quedado atrapado en una robusta red. El ratón, decidido a pagar su deuda, le dijo:



- No te preocupes, yo te voy a salvar.
Y el león, sin pensarlo le contestó:
- Pero cómo, si sos tan pequeño para tanto esfuerzo.
El ratón empezó entonces a roer la cuerda de la red donde estaba atrapado el león, y el león pudo salvarse. El ratón le dijo:
- Días atrás, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por vos en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.
El león no tuvo palabras para agradecer al pequeño ratón. Desde este día, los dos fueron amigos para siempre.



Enseñanza, también llamada Morajela: 
"Hasta el más poderoso puede necesitar la ayuda del más pequeño"

¿Qué les pareció la historia? ¿Están de acuerdo con la enseñanza que nos transmite?